viernes, 19 de diciembre de 2025

ALFONSO POMBO,MISIONERO EN PERU

 


Queridos amigos de la Diócesis de Oviedo, un afectuoso saludo desde el puesto de misión de Tacsha Curaray, a orillas del río Napo, en la Amazonía peruana.

El tiempo pasa volando y ya estamos terminando las páginas de este año 2025. Además, hemos llegado al ecuador de nuestro compromiso misionero. Es por ello que me gustaría compartir con vosotros algunas impresiones de lo que ha sido este año y medio aquí en la misión.

Como sabéis, el puesto de Tacsha es de los más pequeños del Vicariato San José del Amazonas y llevaba sin presencia misionera trece años. Es por eso que nuestro trabajo ha sido empezar prácticamente desde cero. Eso ha requerido un ejercicio de paciencia y de aceptar los tiempos de Dios, que no siempre coinciden con los nuestros.

En un entorno como la Amazonía, donde la evangelización ha sido débil y superficial, dado el aislamiento y las dificultades del terreno, en el equipo misionero hemos optado por una misión de presencia, de respeto a la población local y de evangelización con nuestro estilo de vida. Intentamos mostrarnos cercanos y accesibles, generar relaciones de amistad y confianza, sin imposiciones de ninguna clase.


En las tres comunidades en las que trabajamos a diario (Santa María, San Luis y Santa Teresa) la gente ya se ha acostumbrado a nuestra presencia y sentimos su cariño y aprecio. En el resto de comunidades que visitamos apenas dos veces al año notamos, como dice el salmo 42, la sed de Dios en el pueblo sencillo.

Es por eso que una de nuestras prioridades como equipo misionero es formar y fortalecer equipos de agentes de pastoral en las comunidades. Ellos y ellas son los verdaderos artífices de que la llama de la fe no se apague. Ha sido muy gratificante los bautizos que hemos celebrado en comunidades que hacía años no accedían a este sacramento. También ha habido primeras comuniones y una joven confirmanda; pequeñas semillas del Reino.

En este proceso lento, pero necesario, hemos ido descubriendo la presencia de Dios en medio de este pueblo sencillo. No son las capillas más grandes y lujosas, ni las ceremonias y procesiones más multitudinarias; pero es precisamente en medio de esta precariedad donde Dios se manifiesta preferentemente, así como escogió como lugar para encarnarse un humilde pesebre de Belén.

Pero estas semillas de esperanza conviven con el anti-Reino; realidades que deshumanizan y degradan la vida. Alcoholismo, violencia y abuso intrafamiliar, escasas perspectivas de futuro para la juventud, depredación de los recursos naturales, etc. Así como los poderes en tiempo de Jesús rechazaron su mensaje de amor y fraternidad, también hoy en día esos poderes siguen actuando. Desde nuestra humildad, intentamos iluminar estas realidades y acompañar a personas y comunidades en la reclamación de sus derechos.

Porque sabemos que el mal no tiene la última palabra. En breves días vamos a celebrar la fiesta de la Navidad, que es precisamente revivir que Dios se ha hecho uno con nosotros, compartiendo nuestro destino. El mayor regalo de estas fechas es ese niño indefenso que, años después, morirá y resucitará, venciendo así definitivamente a la muerte y el sufrimiento.


Con esa inmensa alegría, vivamos con fe estos días tan bonitos, rodeados de nuestros seres queridos. Desde este pequeño rincón de la Amazonía, deseo a todos los amigos de la Diócesis  de Oviedo una FELIZ NAVIDAD.

Con todo mi cariño.

Alfonso Pombo Fernández



La hermana Ignacia Álvarez Uría, Dominica Asturiana en tierras brasileñas, nos felicita las Navidades.




Estamos terminando El curso escolar y cerrando las actividades del 2025.

Ayer tuvimos fiesta para entrega del certificado de corte y costura  a las mujeres de los barrios que atiende el  proyecto “Acuarela”  . Y hoy fiesta con los niños, visitando el Belén y entrega de regalos

Una vez más, gracias por  vuestra colaboración con lá misión de las Dominicas de la Anunciata en Montes Claros, Brasil.

Buenas fiestas de Navidad y feliz 2026 para toda la diócesis Asturiana.