A los Sacerdotes, Religiosos/as y Laicos/as
Cuando llega el verano los misioneros
aprovechan esta época del año, para regresar a casa estar con los suyos y, a la
vez, aprovechar para completar las revisiones médicas; es buen momento para
desearles un buen descanso.
El domingo 30 de agosto celebramos el día de
las Misiones Diocesanas, jornada para recordar a nuestros misioneros y ser
solidarios con su trabajo, al tiempo que les recordamos en nuestras comunidades
a través de la oración.
El Papa Francisco pidió que este año
tuviéramos en cuenta de modo especial a la Vida Consagrada, de ahí que el lema
de esta jornada de las misiones diocesanas sea “Unidos en la misma
Misión, nuestra Iglesia de Asturias con los religiosos misioneros“; de
esta manera nos unimos a la propuesta del Papa y realizamos un reconocimiento
especial y sencillo a quienes participan de esa doble vocación de la vida
consagrada y la misionera.
La evangelización necesita hombres y mujeres
que, dejándolo todo, entreguen su vida al Señor; consagrados que se entreguen a la construcción del reino
de Dios, mostrando a las personas entre las que viven y trabajan que el Dios
que les presentan, los libera de tantas ataduras que los impiden ser felices.
Su servicio es la prolongación del hacer de Dios, que libera y ama al hombre,
especialmente a los más desfavorecidos.
Es momento de mirar a nuestra misión diocesana
y ver cuáles son sus verdaderas necesidades, incluso en estos tiempos
difíciles, en que los efectos de la crisis económica continúan teniendo
consecuencias gravísimas también entre nosotros con el incremento de la pobreza
y las situaciones de vulnerabilidad. Llamamos a la puerta y a la conciencia de
nuestras comunidades para que sean solidarias y fraternas con nuestra Misión
Diocesana en Benín, para que puedan mantenerse los proyectos pastorales y de
promoción de las personas, así como la construcción de nuevos lugares de culto
que permitan desarrollar las tareas de evangelización.
Sin olvidar a nuestros misioneros diocesanos,
pidamos en este día al Señor por la Vida Consagrada de los que están en misión.
Que San Melchor de Quirós nos ayude a no
perder la dimensión misionera.
Recibe un abrazo en Cristo
D.
Pedro Tardón Muñoz
Delegado episcopal de Misiones