El sábado
14 de Abril celebramos el Festival de la Canción Misionera
en Gijón y ya van seis. Este año la comunidad religiosa de los Claretianos de
Gijón nos brindaron su Colegio, con un gran salón de actos y patio cubierto
para guarecerse, si llovía, como así sucedió.
El lema del
festival fue el de Infancia Misionera de este año: “Con los niños de América,
hablamos de Jesús”. Con nuestra solidaridad nos acercamos a un proyecto de
trabajo con niños en el basurero de Guatemala. Carmen Ponga, religiosa seglar
de Gijón, nos envió un PowerPoint con el trabajo que allí lleva a cabo.
Participaron
los colegios y parroquias siguientes: Dominicas de Navia, Patronato San José
(Gijón), colegio San Vicente (Gijón), colegio Claretianos (Gijón), colegio
Virgen Reina (Gijón), colegio Amor de Dios (Oviedo), D.Orione de Llanes,
parroquias Versalles, la
Magdalena , San Agustín (Avilés), parroquia San Lorenzo
(Gijón).
Bajo
el lema de siempre “mejor participar, no competir”, hubo premios para todos los
grupos, que fueron saliendo en torno a la mejor canción, mejor letra, mejor
coreografía, mejor música, mejor vestuario, a la espontaneidad, al mayor
esfuerzo, al espíritu misionero.
Los talleres se centraron en el karaoke, broches, gafas en tres dimensiones, pintura de cara y juegos tradicionales.
Identificados con una chapa conmemorativa del VI festival, sobre las seis de la tarde cada grupo fue volviendo a sus lugares de origen, contentos de haber participado y con mayor sensibilidad para el trabajo evangelizador que llevan los misioneros en el mundo.
Fue
un día bonito para la oración, así comenzamos, las canciones del festival, los
bocadillos, los talleres y juegos, la solidaridad, para terminar con la entrega
de los recuerdos; todo barnizado con el recuerdo y el compromiso con los
misioneros, siempre presentes en todas nuestras actividades.



Los talleres se centraron en el karaoke, broches, gafas en tres dimensiones, pintura de cara y juegos tradicionales.
Identificados con una chapa conmemorativa del VI festival, sobre las seis de la tarde cada grupo fue volviendo a sus lugares de origen, contentos de haber participado y con mayor sensibilidad para el trabajo evangelizador que llevan los misioneros en el mundo.