Los evangelizadores del
Principado se reunirán este sábado - para celebrar al primer santo asturiano,
Melchor de Quirós
Oviedo, Álvaro Suárez 27.07.2018
| 01:19 Publicado en LA NUEVA ESPAÑA
Juventino Rodríguez, misionero
claretiano en Cuba.
De una pequeña aldea
en Benin a una multitudinaria comunidad en Cuba, pasando por grupos de jóvenes
en Tailandia o escuelas en Ecuador. El rastro de los asturianos encargados de
difundir la fe católica impregna los cinco continentes y da pie a una gran
diversidad de historias.
Relatos que se
narrarán el sábado en Covadonga, donde una representación de misioneros del
Principado compartirá sus experiencias con motivo de la fiesta de San Melchor
de Quirós. "La intención es poner en común la realidad de los
evangelizadores por todo el mundo", asegura Pedro Tardón, delegado diocesano
de Misiones. Por primera vez, el tradicional encuentro se trasladará desde el
pueblo natal del "primer santo asturiano", Cortes (Quirós), al Santuario de
Covadonga con motivo del primer centenario de la coronación
de la Virgen.
Uno de los religiosos
que estará presente en la cita será Juventino Rodríguez, misionero claretiano
en Cuba. "Estoy deseoso de conocer las experiencias de otros compañeros y
contar las mías propias", dice Rodríguez, quien nació en León pero se crió
en Asturias desde muy pequeño. Y es que el sacerdote tendrá tiempo para relatar
su día a día en la parroquia de más de 145.000 feligreses que dirige en la isla
caribeña junto a otro cura haitiano.
"No tenemos
iglesias, y son las familias quienes ceden sus casas para celebrar las
reuniones", afirma Rodríguez sobre el mayor problema que le toca afrontar:
la falta de medios económicos. Sobre la situación del país, el sacerdote
destaca que Cuba "se está abriendo a la libertad religiosa aunque siga
pesando mucho la historia", ya que, por ejemplo, necesita solicitar
permisos para realizar cualquier tipo de manifestación pública o reunión
multitudinaria.
Tampoco faltará a la
cita una vez más el misionero avilesino Fermín Riaño, en Tailandia desde 1991
al mando de una diócesis que agrupa a 70.000 cristianos. "Un encuentro
siempre es enriquecedor, y sirve para dar ánimos a nuestras familias para que
no se sientan solas, más en un sitio que cualquier asturiano lleva consigo en
el corazón", dice Riaño. Sobre su experiencia en el país asiático, el
sacerdote avilesino incide en las graves inundaciones que ha sufrido la zona
este año, "arrasando industrias y los sustentos de una población que ya de
por sí, vive al día", cuenta Riaño.
El evento comenzará a
las 12 del mediodía de la mano del abad de Covadonga, Adolfo Mariño, e irá
seguido de una misa, comida en comunidad y sobremesa con varias charlas de los
asistentes.