Por fin me decidí y fui a conocer
la realidad más triste y dura que pueda uno imaginar. Fui al Basurero en la
zona tres en Guatemala.
Aquella gente trabaja recogiendo de la
basura, todo, si casi todo. Plásticos, botellas, juguetes, ropa... si tienen
suerte , comida.
Solo imaginarme todo ese enorme barrio un
día de la temporada de lluvias que dura seis meses, se me ponían los pelos de
punta.
La reunión fue en casa de una familia
todas trabajan recogiendo basura. Lavándola y vendiéndola.
La señora mayor, no pregunté los años
porque se fijó que es bastante más joven que yo.Trabajó siempre ahí. Baja el
día que su salud le deja, al Basurero que está al lado y con mucha suerte
saca unos 20 quesales, no llega a los tres euros .
Todas anhelan que sus hijos estudien,
hasta hay un localito con algún ordenador , donde van los hijos cuando pueden
pagarlo a hacer trabajos que mandan del colegio.
Mucho mérito tienen las hermanas que
ponen allí alguna escuela y las maestras. No os imagináis los olores. Claro que
como diréis algunos “A todo se acostumbra uno”.